¿Cómo usar la tecnología en tiempos de COVID19?

Maricarmen Sequera Buzarquis
Blog Datos Abiertos Democracia

Estamos ante una situación extrema nunca experimentada por nuestra generación y las respuestas han venido de la movilización social, y principalmente de cada Estado. En la era de las tecnologías de la información es innegable la utilización de las mismas como parte de las respuestas a esta pandemia. Sin embargo ni en Paraguay ni en la región tenemos la madurez normativa para regular a la industria de la tecnología, por lo que se convierte en un aliado riesgoso. Incluso aunque demuestren las mejores intenciones, sigue siendo un problema.

En Paraguay venimos enfrentando esta pandemia con similares medidas que la región y el mundo, como el aislamiento y la mejora del sistema de salud. No obstante, muchos de los argumentos que se discuten no están directamente relacionados con la pandemia sino con acciones cortoplacistas, que tienen como fondo un lavado de cara o de conciencia, como por ejemplo la “reducción de los salarios por 3 meses de los directores y consejeros de la represa hidroeléctrica de Itaipu”1. Lo que debería hacerse, según afirman expertos en economía como Verónica Serafini y otros a nivel mundial, es un reajuste de toda la economía y en particular mejorar los recursos para los sistemas de salud y de emergencia, haciendo un redistribución tributaria, a través de impuestos a la renta personal, al tabaco, al alcohol, a la soja, etc..

La mayor diferencia entre una epidemia y una pandemia es la forma en que respondemos: mientras que ante una epidemia se puede utilizar el aislamiento, la vigilancia y el control, la respuesta ante una pandemia debe centrarse en una solución sistémica que mejore la infraestructura de salud pública. Las muertes masivas en países como Italia, España, Irán y EEUU evidencian esta necesidad de invertir en los sistemas de salud pública y emergencia. Es muy probable que las herramientas y poderes digitales terminen acompañando los cambios que generará esta pandemia, a nivel de mercados, fronteras y geopolítica.

En nuestro país están surgiendo muchas propuestas e ideas sobre cómo enfrentar a la COVID19 basadas en tecnologías, algunas centradas en el control biomédico y social. Estas soluciones, están recopilando una importante cantidad de información sensible, como por ejemplo, diagnósticos de salud, geolocalización, vigilancia histórica comercial, etc.. Por tanto será clave evaluar cómo las soluciones tecnológicas impactan a la democracia en contexto de emergencias como la que estamos atravesando.

Resultados desafortunados

Cuando se produce tecnología cívica y datos abiertos sin una mirada integral, y sin el mantenimiento adecuado, podemos esperar resultados desafortunados.

Lo importante es reconocer de antemano cuando una solución tecnológica puede ser un beneficio o un problema en contextos como el nuestro. En casos donde los sistemas de salud pública son más robustos y con políticas públicas de cobertura universal de salud, como Hong Kong2 o Corea del Sur3, las experiencias de uso de aplicaciones tecnológicas han sido positivos, tanto en la realización de pruebas, como alertas tempranas e investigación y vigilancia. En nuestro país sin embargo la situación es bien diferente.

Las aplicaciones de tecnología en nuestro país suelen tener mayores riesgos, porque no hay pruebas rigurosas de contexto, no hay desarrollo de conocimiento, contamos con instituciones débiles y además se suma la falta de enfoque integral en las soluciones tecnológicas. Todo esto arroja resultados de baja calidad y con falta de garantías en la protección de los derechos humanos fundamentales. Por ejemplo, algunos casos y propuestas evidencian la creencia de que con un médico (de cualquier especialidad) y un grupo de informáticos, se puede ayudar a mejorar el sistema de salud.

Sería ideal que para este tipo de propuestas se incluya otros saberes y perfiles, tales como médicos salubristas (salud pública con énfasis en epidemiología), economistas, estadistas, especialistas en catalogación de la información, abogados especializados en derechos humanos, diseñadores en UX basados en la protección de datos personales, ingenieros en ciberseguridad, etc.. Por otro lado, un emprendimiento como el del ejemplo, debería de estar articulado con las políticas públicas de salud, debería incorporar una mirada institucional y de financiamiento en el mediano y largo plazo, y debería articular una gobernanza entre los diversos sectores implicados.

Otro problema es la velocidad con que surgen y se incorporan estas “soluciones tecnológicas”, lo que provoca una enorme dificultad en determinar si resuelven o no el problema presentado. Incluso cuando la mayoría de estas soluciones implementen tecnologías sofisticadas como inteligencia artificial, machine learning etc., se cree que su impacto será mínimo, en comparación con su riesgo. Las soluciones que tendrán buenos resultados serán las menos sofisticadas, como las que se utilizan para la comunicación, toma de conciencia, capacitaciones y formaciones. Algunos ejemplos que arrojan resultados son las transmisiones de telemedicina, respuestas biomédicas o inclusive la cuestionada vigilancia de las personas (control social y político).

Ante esta emergencia, algunas soluciones tecnológicas de datos abiertos que ya existían4, se suspendieron temporalmente, ya sea por la situación extrema o la precariedad institucional. Esta precariedad se observa en problemas estructurales como la falta de recursos humanos, carencia de infraestructura tecnológica –computadoras, Internet, alfabetización digital–, entre otros. Un ejemplo de esto es la plataforma Akuerapp que ofrecía información sobre disponibilidad de medicinas y servicios de salud en todo el país. Esta plataforma está desactualizada y no se utiliza, según nos explica David Riveros, director ejecutivo de reAcción, en un interesante artículo donde explica los problemas de dicha aplicación5. Allí también desarrolla los problemas de su abandono, que termina por impactar en la falta transparencia de acceso a la información pública de insumos estratégicos de salud a nivel nacional, en contexto de la COVID19.

Este mismo problema se ve en plataformas de datos abiertos del gobierno, como los repositorios de datos abiertos desarrollados con el software libre CKAN6: no se ha observado interés político de las autoridades responsables en mantener dicha plataforma actualizada7.

Ante la falta de políticas públicas que sostengan en el tiempo estas soluciones tecnológicas, cuando aparecen situaciones de emergencia, se siguen operando soluciones improvisadas con costos sociales y económicos muy elevados. Por tanto cualquier solución tecnológica que no contemple su compromiso de mantenimiento en el tiempo, no será una solución, sino una carga: “pan para hoy, hambre para mañana”.

Soluciones tecnológicas que funcionen en contexto de emergencia

El objetivo no es evitar el uso de la tecnología, sino construir sobre lo que ya conocemos y pensar las soluciones para contexto local en las condiciones actuales. Para poder responder al tipo de emergencias como la COVID19, que implican un aumento de la demanda al sistema de salud, se deben implementar tecnologías que funcionen en circunstancias limitadas, basadas en evidencias específicas y que sean profesionales.

Para aplicar una tecnología de recolección de información de datos personales utilizando soluciones web o aplicaciones móviles, es necesario comprender el contexto social, económico, político y el de infraestructura tecnológica. Actualmente al acceso a Internet en Paraguay se configura de la siguiente manera: sobre el total de la población, el grado de penetración8 en banda ancha móvil es de 53,70%, mientras que la banda ancha fija es de 4,8%. Según el informe de CEPAL de 20179, la penetración de Internet se incrementó en todos los países y quintiles entre el 2011 y el 2015. Sin embargo, Paraguay ha mostrado que el acceso a Internet sigue sumamente desigual entre los hogares más ricos y los más pobres: el acceso es 20 veces superior en el quintil más rico con relación al quintil más pobre. Además la brecha de conexión entre zona urbana y rural es de 20 puntos porcentuales.

La conexión a Internet también está supeditada a la calidad del servicio que reciben las personas de escasos recursos que acceden a Internet: gran parte de la población paraguaya tiene un smartphone pero sólo accede a redes sociales o aplicaciones de mensajería que las proveedoras ofrecen de forma gratuita (con zero rating10), como por ejemplo WhatsApp. Esto provoca que el acceso a otras plataformas sea más limitado: por ejemplo la de auto-reporte de COVID, la de vigilancia de rastreadores de síntomas autoinformados y otras. Por ello terminan teniendo poco impacto para abordar este tipo de emergencias.

Siguiendo con la reflexión sobre transparencia del Estado y control social, en el segundo artículo desarrollo mi punto de vista sobre la privacidad, la geolocalización y el control social, titulado: «Las emergencias no deberán ser un cheque en blanco«.

Notas:

  1. Estas personas ganan 106 millones de guaraníes mensuales ( unos 16.000 USD aprox.). Noticia relacionada: https://www.lanacion.com.py/politica/2020/03/31/itaipu-se-une-a-la-causa-y-recortara-salarios/
  2. Disponible en: https://www.cnbc.com/2020/03/18/hong-kong-uses-electronic-wristbands-to-enforce-coronavirus-quarantine.html
  3. Disponible en https://qz.com/1810651/south-koreans-are-using-smartphone-apps-to-avoid-coronavirus/
  4. Que fueron implementadas en el marco de la normas de acceso a la información pública.
  5. Disponible en: https://medium.com/reaccionpy/el-ministerio-de-salud-tiene-una-herramienta-que-no-aprovecha-6231b03a051e
  6. Software libre para gestión de conjuntos de datos abiertos http://ckan.org
  7. Disponible en: https://www.datos.gov.py
  8. Por porcentaje de penetración, entendemos a la cantidad de personas que pueden acceder dentro de un país. En este caso está calculado sobre el total de 7 millones de personas y los datos corresponden a 2018. CONATEL afirma que estos datos no han tenido gran variación.
  9. CEPAL informe 2017 https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/43365/S1800083_es.pdf
  10. Zero rating una forma de precarizar internet https://www.tedic.org/zero-rating-es-una-forma-de-precarizar-internet/