Desinformación: desafíos en el contexto electoral

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¿Qué ocurre cuando dependemos cada vez más de las redes sociales y de Internet para casi toda nuestra información? ¿qué información vemos y qué nos perdemos? ¿cómo sabemos si una foto o un tweet son auténticos o veraces? Y…¿qué podemos hacer si no estamos seguros y seguras?´

Esta investigación, realizada por Maricarmen Sequera y financiada por la National Endowment for Democracy (NED), se centra en los desafíos que la desinformación presenta en el contexto electoral de Paraguay.

La desinformación en el contexto de las elecciones se ha convertido en un desafío crucial en la era digital. A medida que la información fluye rápidamente a través de plataformas en línea y redes sociales, los actores malintencionados encuentran un terreno fértil para manipular y distorsionar la realidad con el fin de influir en los resultados electorales y en la opinión pública. Sin embargo, abordar este problema plantea una tensión compleja entre la necesidad de proteger la integridad del proceso electoral y preservar la libertad de expresión.

La libertad de expresión es un derecho fundamental que garantiza la diversidad de opiniones y el debate público abierto. Sin embargo, cuando se utiliza para difundir desinformación y noticias falsas durante las elecciones, puede socavar la confianza en el sistema democrático y distorsionar el proceso electoral. Por lo tanto, surge la pregunta de cómo equilibrar la libertad de expresión con la protección contra la desinformación perjudicial. En ese sentido, se busca identificar cuales son los factores más relevantes que permiten que existe un terreno fértil para la desinformación, tales como: neutralidad en la red, sesgos de confirmación, violencia digital de género, cámaras de eco, deficiencia en la regulación de protección de datos personales, propiedad intelectual, ciberseguridad, bots y moderación de contenidos entre otros.

En ese sentido se hace importante comprender este fenómeno que se traslada a Internet con sus factores que se deben tener en cuenta a la hora de pensar soluciones adecuadas, necesarias y proporcionadas a las coyunturas nacionales, regionales y globales.

Una regulación a la desinformación se presenta como un tema controvertido y debatido ampliamente. Algunos argumentan que se deben establecer mecanismos regulatorios más estrictos para combatir la desinformación y garantizar elecciones justas y transparentes. Sin embargo, otros temen que la regulación excesiva pueda limitar la libertad de expresión y abrir la puerta a la censura gubernamental o a la supresión de voces disidentes.

En última instancia, abordar la desinformación en el contexto electoral requiere un enfoque equilibrado que proteja la libertad de expresión, promueva la transparencia y garantice elecciones libres y justas. Esto implica la participación activa de diversos actores, como el gobierno, la sociedad civil, las empresas de tecnología y los medios de comunicación, para desarrollar estrategias eficaces de educación digital, promover la alfabetización mediática y fortalecer la responsabilidad de las plataformas en línea. Solo a través de un enfoque multidimensional y colaborativo podemos enfrentar el desafío de la desinformación electoral sin comprometer los valores fundamentales de la democracia.

Nuestra investigación destaca varios factores que contribuyen a la desinformación en Internet, entre ellos:

  • Sesgos de confirmación: Las creencias irracionales, que se sostienen sin evidencia a su favor o incluso con evidencia en contra, pueden ser explotadas para fomentar una polarización extrema. Es crucial hacer un esfuerzo consciente para buscar la verdad y no conformarse con lo que se presenta fácilmente en los buscadores.
  • Algoritmos de los buscadores: Los algoritmos están diseñados para optimizar el click, lo que significa que se enfocan en presentar información que atraiga la atención y sea de fácil acceso. Esto crea una ilusión de que la información presentada en la web es un reflejo fiel de lo que existe, cuando en realidad hay sesgos y distorsiones.
  • Fact-checking: Aunque el fact-checking es una herramienta útil para detectar algunas noticias falsas, no es una solución completa para combatir su propagación en las redes sociales. No todas las noticias falsas pueden ser identificadas, y a menudo se distribuyen más rápidamente que las verificaciones.
  • El rol de la sociedad civil: La sociedad civil puede desempeñar un papel clave en la lucha contra la desinformación a través de la educación, la presión y la colaboración. Es importante que las personas sean críticas y verifiquen la información antes de compartirla en las redes sociales o en otros medios.

Desafíos para pensar futuros

En primer lugar, no existen pruebas contundentes que sugieran que las campañas de desinformación sean el factor principal en la alteración de los resultados de las elecciones en un contexto particular. En lugar de ello, hay factores económicos y políticos que deben considerarse. Por tanto, se debe cuestionar cualquier intento de modificación legislativa o de política pública que busque «combatir la desinformación» sin evidencias sólidas, ya que la responsabilidad de purificar la discusión no debería ser atribuida al Estado ni a las plataformas privadas. Aunque la propaganda y la divulgación de información falsa son perjudiciales para el proceso democrático, resulta aún más dañino que se les atribuya a estas entidades la responsabilidad de regular la discusión pública. En resumen, no hay soluciones simples ante un problema social y político como este. (Al Sur, 2019)

Entre algunos desafíos se describen las siguientes:

  • Modernizar los controles en los procesos electorales para enfrentar el desafío de las campañas de desinformación en la región de América Latina y el Caribe. El problema es complejo en diferentes dimensiones y para enfrentarlo se propone la creación de una instancia regional democrática, transparente y participativa que involucre a todas las partes interesadas para observar y emitir recomendaciones y propuestas tanto a las plataformas como a los países. La instancia regional sería un espacio para cooperación pública y privada que trabajen en conjunto en la emisión de recomendaciones y propuestas ante las campañas políticas en periodos electorales. (Al Sur, 2019)
  • Existe una necesidad urgente de que Paraguay cuente con una ley de protección integral de datos personales, es la única en América del Sur que aún no cuenta con una. En contexto de campañas de desinformación en elecciones, los sistemas de protección de datos personales de América Latina deben modernizarse e incluir atribuciones tanto a la agencia de protección como a los sistemas electorales en la protección de los mismos.1
  • Promover un discurso pluralista y evitar la censura. Será clave incluir políticas de acceso, inclusión y alfabetización a la población. El acceso efectivo a un ecosistema informativo diverso es clave para mitigar la desinformación y expresarse en internet, así mismo reduce las cámaras de eco, sesgos de confirmación, polarizaciones y violencias digitales de género.
  • Regular y garantizar el cumplimiento de la neutralidad en la red. La concentración del ecosistema digital en la región también es un problema, ya que puede permitir la promoción de campañas de desinformación a través de prácticas como el zero-rating. Esta práctica no solo viola el principio de neutralidad de la red, sino que también restringe el acceso de las personas usuarias a fuentes alternativas de información, lo que puede permitir que la desinformación se propague.
  • Fortalecer la diversidad de voces en el periodismo investigativo y medios de prensa. La concentración de medios, al igual que la concentración de las empresas de tecnología y sus modelos de negocios, facilita la proliferación de información engañosa o falsa.
  • Llevar a cabo un proceso de reforma legal después de un amplio debate con las partes interesadas (medios de comunicación, empresas, academia, Estado) y personas expertas, con el fin de proporcionar herramientas adecuadas y efectivas a la Justicia Electoral para combatir la desinformación de acuerdo con los principios constitucionales y las normas interamericanas de derechos humanos.

No es papel de los legisladores ni de las empresas privadas –plataformas de contenidos– definir qué es “verdadero” y qué es “falso”. El desafío está en generar medidas preventivas, enfocadas en el desarrollo del pensamiento crítico de las personas, para poder analizar y decidir en medio de tanta sobre-información que existe en las redes. Es decir, la educación en como construimos nuestros pensamientos y en base a qué evidencia, es clave para hacer frente a la desinformación y poder ejercer plenamente derechos, como el de la libertad de expresión en línea.

Descargá la investigación aquí.

1Urgen tratamiento de proyecto que protege datos personales. Coalición de Datos Paraguay. 2021 https://www.datospersonales.org.py/urgen-tratamiento-de-proyecto-que-protege-datos-personales/