«Urnas electrónicas», hechos y experiencias para un voto informado

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Imagen voto electrónico y cantidad de paises en los cuáles se implementa

El próximo 9 de mayo, la Cámara de Senadores tratará un tema de trascendental importancia para la democracia de nuestro país: la potencial inclusión de urnas electrónicas dentro del sistema electoral en Paraguay. En TEDIC nos encanta la tecnología, pero creemos que cualquier política pública requiere un detenido análisis —tanto de riesgos y beneficios— en lo que respecta a la implementación de tecnología, todavía más en algo tan delicado como nuestro sistema electoral.

Dos proyectos de ley en tratamiento

Son dos los proyectos que intentan introducir tecnología en el sistema electoral y están siendo debatidos en el Congreso. Por un lado, el proyecto de ley «Que dispone el uso exclusivo de Urnas Electrónicas y el Escrutinio Electrónico en las Elecciones Generales y de las Internas de los Partidos y Movimientos Políticos» presentado por el PLRA  y por otro el proyecto de ley «Que modifica los artículos 247 y 258 de la Ley N° 834/96 «Que establece el Código Electoral Paraguayo», modificados por Ley N° 3166/07 «Que modifica los artículos 106, 170, 246, 247, 248 y 258 de la Ley N° 834/96 «Que establece el Código Electoral Paraguayo», presentado por Patria Querida

Aunque ambos proyectos tienen motivaciones políticas diferentes, buscan la implementación de tecnología dentro del proceso electoral y particularmente en la emisión del voto. En el caso del proyecto de Patria Querida, la misma menciona explícitamente el uso de urnas electrónicas en su artículo 3° al decir que:

«El Tribunal Superior de Justicia Electoral arbitrará los medios necesarios para una eficiente implementación del sistema de votación y escrutinio establecido en la presente ley. Para el efecto deberá disponer la utilización de urnas electrónicas que expidan una versión impresa del voto emitido por el elector, la que acto seguido será depositada por el elector e las urnas previstas para el voto con papeletas o boletines»

Su posterior tratamiento en la Cámara de Senadores modificó el término de urnas electrónicas al de «sistemas de voto electrónicos que expidan una versión impresa».

En la sesión del senado del pasado 25 de abril, distintos senadores utilizaban de manera indistinta el término «urna electrónica» y «voto electrónico». En un artículo anterior, discutimos sobre las diferentes modalidades de voto en formato electrónico: boleta única electrónica, urna electrónica, voto electrónico en Internet. Estas son todas modalidades en donde la expresión del voto se ve mediada por tecnología, y los legisladores deben comprender los riesgos que esto implica.

Por su parte, el proyecto del PLRA —al tratar exclusivamente el tema de tecnología en el proceso de votación— profundiza el mecanismo de mediación tecnológica para la emisión del voto, y va un paso más allá:

«La presente ley tiene por objeto establecer el uso exclusivo de urnas electrónicas que emitan el comprobante de voto respectivo para cada elector y la adopción e implementación de un sistema de escrutinio electrónico durante las elecciones nacionales y de las internas de los partidos y movimientos políticos inscriptos y reconocidos por la Justicia Electoral»

De esta manera, a diferencia del proyecto de PQ, el proyecto del PLRA apunta no solo a incluir tecnología en la emisión del voto, sino también en el escrutinio (conteo) de los mismos. Ambos sistemas electrónicos ya han sido ampliamente testeados y probados a nivel regional y global, y estas experiencias deben ser tenidas en cuenta para una votación informada de nuestros representantes. 

Buscando un punto medio… 

El artículo 118 de la Constitución Nacional instituye al sufragio como la base del régime democrático y representativo. En una novel democracia como la paraguaya, debemos ser extremadamente cuidadosos y celosos de cualquier tipo de implementación o revisión que afecte a la misma. Una reforma que afecta la manera en la que la ciudadanía expresa su voluntad de votar, debería ser realizada con las precausiones y debates consecuentes. Desde TEDIC realizamos un primer análisis que pretende echar luz algunos problemas relativos a la inclusión de tecnología en la emisión del voto y que creemos pueden ser el puntapié inicial a la hora de discutir los riesgos y oportunidades de la tecnología a la hora de votar.

Tal como expresara Enrique Chaparro, especialista tecnológico de Fundación Vía Libre (Argentina), «la urna electrónica» se constituye en una especie de «caja negra» entre la voluntad del votante y la emisión del voto propiamente. Lo anterior se complica todavía más en el contexto paraguayo, en donde la mayor parte de la ciudadanía (incluida aquella con altos grados de instrucción universitaria como médicos o abogados) no entienden los complejos mecanismos informáticos por detrás de una urna electrónica, entrando así en directo conflicto con una característica fundamental del sufragio en Paraguay, el cuál es «el escrutinio público y fiscalizado», tal cuál establece el artículo 118 ya mencionado.

Vale la pena recordar que de los 194 países soberanos, sólo 5 países utilizan el voto electrónico en su sistema electoral y son: Brasil, India, Estonia, Venezuela y Filipinas, mientras que 4 países lo hacen de forma parcial, entre ellos Estados Unidos que lo utiliza en un  25% mientras que  Francia lo utiliza en aproximadamente 30%.

En este artículo, además de presentar los riesgos del voto electrónico, nos gustaría aportar algunos ejemplos que demuestran que la confianza en un sistema electoral no necesariamente implican la incorporación de tecnología electrónica.

República Democrática del Congo (R.D.C)

El caso de la R.D.C es de los más recientes y polémicos en lo que refiere al voto electrónico. En unas elecciones polarizadas por un posible cambio de régimen (después de  más de 18 años) el candidato favorito perdió las elecciones. En este caso fueron utilizadas urnas electrónicas con emisión de papeletas. El problema aparece a partir de una encuesta de «boca de urna» que realizó la Conferencia Episcopal Nacional del Congo (CENCO) con unos 40.000 observadores en todo el país. La misma daba como ganador a uno de los candidatos mientras que el resultado final fue diametralmente opuesto. Esto arrojó serias dudas sobre el proceso electoral y el sistema de voto electrónico, tanto que incluso la embajadora de Estados Unidos para Naciones Unidas, Nikki Haley, afirmó que: “Estas elecciones se deben llevar a cabo mediante boletas de papel para que los congoleños no cuestionen los resultados. Estados Unidos no tiene ningún interés en apoyar un sistema de votación electrónica».

Por otra parte, el prestigioso diario Financial Times accedió a un conjunto de bases de datos electorales que representaban el 86% del total de votos emitidos. Luego de un análisis de dichas bases, se concluye que el candidato que quedó como perdedor, aparecía como ganador por un 59.4 % de los votos.

Filipinas

En 2017 el Departamento de Justicia filipino acusó a personal de SmartMatic (empresa de capital venezolano que vende tecnología a gobiernos para procesos electorales) y de Comelec (autoridad electoral en Filipinas) por haber intervenido en el sistema informático usado en las elecciones nacionales de 2016. El problema surgió a partir de un acceso al sistema informático por parte de personal técnico de Smartmatic en el momento más intenso del conteo de votos. Según los directores de la empresa, la razón fue un ajuste de script del servidor para cambiar el caracter «?» al símbolo del abecedario en español «ñ». Según el Departamento de Justicia de Filipinas se «encontró una causa probable para acusar penalmente al personal de TI de Smartmatic y Comelec por cambiar el script en el servidor de transparencia que violó la confidencialidad y la integridad del sistema informático utilizado para las elecciones».

Para agravar todavía más la situación, un medio filipino denunció que el Departamento de Justicia continúa haciendo negocios con SmartMatic, pues hicieron una compra millonaria (2.2 billones de pesos filipinos) de máquinas de conteo de votos de SmartMatic. Al parecer no se  registró un proceso transparente de licitación.

Francia

En 2014, Francia celebró una votación primaria utilizando el «voto en línea», que habían promocionado como increíblemente seguro. Sin embargo, los periodistas de Metronews descubrieron lo fácil que era romper el sistema cuando votaron varias veces con diferentes nombres.

No hace falta decir que los resultados de las elecciones de ese año fueron caóticas.

Corea del Sur

Tanto los casos del Congo como el de Filipinas, son ejemplos donde se utilizó  tecnología en la emisión del voto. Como hemos señalado, esto plantea una seria de riesgos que amenazan todo el sistema electoral y la confianza de los ciudadanos. El caso de Corea del Sur puede ser interesante en términos de analizar un uso eficiente de tecnología pero reduciendo riesgos como la alteración de resultados en las elecciones.

En Corea del Sur se utiliza tecnología para asistir en el proceso electoral, en la impresión de papeletas, transmisión de resultados y conteo,  pero no en el momento de la emisión del voto. Esto es importante porque evidencia que en un proceso electoral la emisión del voto es solo uno de los múltiples componentes y que existen otros igualmente importantes. En estos otros componentes, el uso de la tecnología puede ser provechoso sin poner en riesgo la voluntad soberana de los ciudadanos.

Lo anterior adquiere una nueva dimensión si se analiza el contexto de Corea del Sur: es un país pionero en el desarrollo de tecnología a nivel mundial y sin embargo elige mantener el sistema papel para la emisión del voto. Un análisis serio sobre implementación de tecnología en el sistema de votación paraguayo debería incorporar una perspectiva comparada y un análisis de riesgos para poder tomar una decisión informada.

Silicon Valley

En la ciudad de la innovación y del desarrollo tecnológico más importante del mundo, el sistema del voto en el estado es la boleta de papel. Las compañías de Silicon Valley, a pesar de sus ejércitos de ingenieros y equipos de seguridad altamente capacitados, no están dispuestos a correr los riesgos que implican el voto electrónico. Recordemos que es de Sillicon Valley donde surge la máxima de que «En el mundo de la seguridad hay dos tipos de empresas: las que han sido hackeadas y las que aun no saben que han sido hackeadas».

¿Interferencia extranjera en las elecciones?

El problema de la posibilidad de intervención extranjera de las elecciones no es nuevo, y hay que tenerlo en cuenta a la hora de implementar sistemas de «cajas negras» que solamente manejan un pequeño puñado de expertos. El reciente cuestionamiento de la influencia rusa en las elecciones de EEUU es un claro ejemplo de estas posibilidades. Este caso sigue siendo analizado hasta la actualidad.

En el caso de Brasil y la implementación del voto electrónico, cabe recordar la conversación que el Ministro de Defensa brasileño tuvo con sus colegas de Suecia: “Pregunté en Suecia por qué venden aviones supersónicos pero no tienen voto electrónico. Para que otro país no defina nuestras elecciones, me respondieron”. h
Estonia es un ejemplo que ya presentamos en nuestro artículo anterior: hubo indicios de que el gobierno ruso aprovechó ciertas vulnerabilidades de la tecnología para incidir en los resultados.

La agenda política actual de los países del norte global como EEUU, Rusia, Francia, Alemania e Inglaterra, incluye una fuerte preocupación por la expansion del gobierno chino. En este contexto se inserta el caso explotación de datos a través de la infiltración de chip en los dispositivos de empresas estadounidenses por parte del gobierno chino. Esto implicó el aumento de las tensiones con China .

Por otro lado, EE.UU advirtió a Chile sobre la posible injerencia China y la cautela que se deben tener con empresas como Huawei.

En esa misma línea, la empresa Smartmatic de capital venezolano, que tiene experiencia de más de una década en sistemas de voto electrónico es la que está interesada en implementar su tecnología en Paraguay. Sin embargo y más allá de las vulnerabilidades que se encontraron y se describieron en este artículo, cabe mencionar que esta empresa no fabrica las «urnas electrónicas». Tanto el harware como el software son fabricados por una empresa china en la ciudad de Shenzhen —actualmente considerada el «Silicon Valley» de China.

Dado lo anterior, sería interesante preguntarse si la implementación del voto electrónico en nuestro país, no corre alto riesgo de ser intervenido desde el exterior, como ha ocurrido en estos otros casos.

Cierre

Los 27 años de democracia en Paraguay no han estado exentos de polémica y son un termómetro que demuestran que hay muchas cosas que deben mejorarse. En esa línea, las preocupaciones de sectores ciudadanos auto-convocados y de partidos y movimientos políticos relativos a nuestro actual sistema electoral son muy válidas. Sin embargo, no debemos caer en soluciones apresuradas y simplificadoras que nos hagan creer que la tecnología es la única aliada o salvadora de dichos problemas.

Parafraseando la famosa frase de Winston Churchill sobre la democracia, «la democracia es la peor forma de gobierno, excepto por todas aquellas otras formas que se han probado antes» y podríamos aplicarla a las boletas de papel, diciendo que son la peor forma de votar, pero mejor que todas las otras que se están proponiendo.

Desde TEDIC creemos que es necesario un debate sereno e informado que involucre a distintos sectores de la sociedad y que tomen en cuenta todos los datos, experiencias y hechos relativos a la implementación de tecnología en el sistema electoral y que permitan tomar la más adecuada decisión para el contexto en el que vivimos.

Si todavía tienes más dudas sobre este tema, te invitamos a que veas el webinar que realizamos la semana pasada y en el que reunimos a especialistas informáticos de la academia, el sector privado y activistas, para poder continuar fomentando espacios de intercambio de ideas y debates.

Hacemos un llamado a senadores y senadoras para que este jueves 9 de mayo puedan tomar una decisión que finalmente nos beneficie a todos y que no simplifique complejas problemáticas sociales e institucionales. Nuestra democracia lo merece.

Si todavía no escuchaste nuestro episodio de podcast sobre el voto electrónico, lo podés escuchar acá o directamente desde esta página: